El pasado miércoles 1 de mayo, en el marco del Día del Trabajo, Dolly Montoya terminó su periodo como rectora de la Universidad Nacional. Ella llegó a la cúpula académica en 2018, convirtiéndose en la primera mujer en el cargo. En 2021, cuando finalizó los tres años reglamentarios, fue reelegida y así su periodo se extendió hasta 2024.
Este año, el Consejo Superior Universitario recibió candidaturas de diversos docentes y figuras académicas con el fin de escoger al sucesor de Montoya.
El elegido fue José Ismael Peña, quien había sido vicerrector en el segundo periodo de rectoría de Montoya. Este hecho, para varios miembros de la comunidad universitaria, implica un continuismo con respecto a diversas inconformidades con la exrectora, sobre todo en sus últimos años en el cargo.
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El problema no es una mera postura de la comunidad académica: el jueves 2 de mayo, Peña debía posesionarse y lo hizo por notaría pero sin la presencia de la ministra de Educación, quien aún tiene dudas sobre la oficialización del nuevo rector.
Más de cuarenta días y cuarenta noches con la rectoría en vilo
El 21 de marzo, el Consejo Superior Universitario (CSU) indicó que José Ismael Peña se convertiría en el rector de la Universidad Nacional hasta 2027. Desde entonces la comunidad universitaria ha hecho plantones, protestas y paros estudiantiles con el fin de solicitar una nueva evaluación de los nombres que disputaban el cargo. Pancartas con letreros como ‘Ministra, no le firme a Peña. Respete la consulta’ aparecen sobre las entradas de la universidad, sobre todo en la Calle 26.
Este lugar fue el epicentro de protestas este jueves 2 de mayo, cuando, una vez oficializada la salida de Dolly Montoya, José Ismael Peña tenía que posesionarse en el cargo. Y de alguna manera lo hizo, pero vía notaría y sin la firma de la ministra de Educación Aurora Vergara.
¿Esto qué implica? En primera instancia, Vergara pidió una sesión extraordinaria del Consejo Superior Universitario teniendo en cuenta el ambiente de agitación dentro de la Universidad Nacional.
“Firmaré el acta de la sesión de designación de la nueva rectoría de la Universidad Nacional de Colombia cuando refleje la verdad de lo que allí sucedió. Las actas del máximo órgano de gobierno de una institución no pueden pretender confundir, engañar o establecer, parcialmente, lo ocurrido en un momento trascendental de su historia”, indicó Vergara por medio de un comunicado.
La solicitud de la ministra es conocer los documentos bajo los cuales el CSU argumentó su decisión de escoger a quien fuese vicerrector para el nuevo cargo.
En horas de la tarde de este viernes, con la rectoría de la Nacional en incertidumbre, los consejeros del CSU aceptaron la solicitud de Vergara y darán a conocer el acta completa de la elección de Peña.
“Los consejeros firmantes autorizamos a la Secretaría General para que sea levantada la reserva que se ha guardado sobre los nombres en cada intervención y pedimos que se realicen los cambios pertinentes. Le solicitamos también dar a conocer públicamente el acta con los cambios solicitados”, indicó un comunicado emitido por el CSU.
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La sombra de una vicerrectoría con promesas incumplidas, según estudiantes
Fuera de los papeles, las manifestaciones contra la designación de Peña siguen en pie.
AHORA conversó con una representante estudiantil que hace parte de la toma del edificio Uriel Gutiérrez, de la Facultad de Artes. Este recinto está fuera del campus (pero no lejos: sólo hay que cruzar la calle por la salida de la carrera 45) y muchos años atrás funcionó como hospedaje para estudiantes.
“Ismael Peña, quien se posesionó ilegítimamente como rector, le incumplió al estudiantado algunos acuerdos cuando era vicerrector. Más allá del tema de la rectoría, es el problema que hay al interior de la Universidad Nacional, no solamente en la sede Bogotá sino en todas las sedes de presencia nacional”, indicó la estudiante Gabriela Delgado.
AHORA también conversó con José Ismael Peña, quien aseguró que su obligación constitucional estaba en posesionarse este 2 de mayo: el 22 de marzo, un día después de que el CSU hiciera pública su elección, se había oficializado el acta con el amparo del Decreto Ley 1210 de 1993, el cual le concierne a todo lo relacionado con la organización de las altas directivas de la universidad.
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En ese mismo decreto reside el ‘pero’ de su elección: en el Gobierno de la Universidad Nacional, el Consejo Superior Universitario tiene mayor potestad que el rector (no en vano lo elige) y el CSU es liderado por la figura que en su momento esté a la cabeza de la cartera del ministerio de Educación. En este caso, Aurora Vergara. En este caso, la firma que todavía falta.
“Pienso que hay personas que no están satisfechas con el procedimiento y quisieran otras formas de designación de rector. En ese sentido, estoy haciendo un llamado a toda la comunidad universitaria para que consolidemos mesas de trabajo, para que definamos cómo podrían ser las nuevas normas porque hay otras que debemos reflexionar y cambiar”, señaló Peña.
Según su hoja de vida, publicada por la Universidad Nacional, Peña comenzó a dictar clases en el recinto académico en agosto de 1992, en la facultad de Ingeniería. Desde entonces escaló a diversos puestos como Director del Instituto de Biotecnología, Director Académico Encargado de la sede Bogotá, Vicerrector y ahora Rector.
La firma de Mineducación es la clave para oficializar el nombramiento.
