Autor: Canal Capital

  • Veeduría le puso lupa a las basuras en Bogotá

    Veeduría le puso lupa a las basuras en Bogotá

    La Veeduría Distrital recogió más de 4.000 encuestas de percepción ciudadana sobre los residuos en la capital, las cuales arrojaron que las y los bogotanos están hartos de ver basura tirada en las calles.

    Además de la preocupación por la basura en el espacio público, el estudio reveló que también hay preocupación por el deterioro ambiental, la inseguridad en entornos llenos de basura, los malos olores, los ratones y los focos de enfermedades.

    Basura en Bogotá

    Se considera que uno de los principales problemas de deterioro ambiental en Bogotá, en un 16%, es el mal manejo en basuras, lo que afecta la salud pública, genera malos olores y sensación de suciedad.

    “Aproximadamente 9 de cada 10 personas afirman que las basuras en las calles causan problemas como el deterioro ambiental, inseguridad, la aparición de roedores y la falta de cultura ciudadana”, dijo Viviana Barberena, veedora.

    De acuerdo con la UAESP, Bogotá produce 7.600  toneladas de residuos al día.

    Según los resultados del sondeo, es la población  adulta y adulta mayor quienes suelen estar a cargo de las labores del hogar y se preocupan por las basuras. No obstante, las mujeres y jóvenes capitalinos serían los que distribuyen las basuras en sus barrios, es decir, quienes estarían pendientes de la acumulación de basuras en las calles.

    Para la Veeduría la conclusión es clara: el manejo de residuos en los hogares bogotanos debe cambiar, y será la nueva administración quien asuma el reto de plantear soluciones de fondo ante esta problemática.

    Entre tanto, las localidades del occidente de la ciudad (Suba, Kennedy y Engativá) concentraron el mayor porcentaje de inconformidad frente a las basuras.

     

     Por: Melissa Guevara

  • Balance de violaciones a Derechos Humanos en Colombia entre 2022 – 2023

    Balance de violaciones a Derechos Humanos en Colombia entre 2022 – 2023

    La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) entregó un balance de cifras de violencias y violaciones a los Derechos Humanos entre 2022 y 2023. Mientras algunos delitos disminuyeron, la organización muestra preocupación por el aumento de otros crímenes.

    Este balance se hizo gracias al trabajo del Sistema de Información de Pares, el cual hace un monitoreo permanente con apoyo de fuentes oficiales tales como la Policía Nacional, el Ministerio de Defensa, el Instituto Nacional de Medicina Legal, el Registro Único de Víctimas (RUV). Igualmente, se apoya en los datos suministrados por Indepaz en materia de vulneraciones contra líderes sociales en el país.

     

     

     

    De las 51 variables monitoreadas, las que mayores reducciones presentaron fueron los actos de terrorismo (-68 %), el reclutamiento a menores (-57 %), el desplazamiento (-43 %) y los accidentes con minas antipersonal (-23 %).

    “Estamos viendo muchos menos ataques, muchas menos acciones que pueden considerarse terroristas, el homicidio hacia miembros de la Fuerza Pública ha disminuido, eso es consecuencia del cese al fuego”, comentó Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación.

    Sin embargo, también genera preocupación el aumento de delitos como el secuestro y los homicidios, los cuales incrementaron en un 73 % y 3 % respectivamente.

    “Una de las variables que encontramos es que hay una altísima probabilidad de que la crisis de la economía cocalera esté llevando a grupos más pequeños a utilizar el secuestro como una forma de acceder a rentas rápidas. Desafortunadamente el secuestro en Colombia es un crimen que tiene muy baja logística, no es como exportar un cargamento de cocaína”, agregó Laura Bonilla.

     

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    Desde Pares le hacen un llamado al Gobierno Nacional para generar campañas antisecuestro, así como corregir los rumbos de los procesos de paz en marcha para que los cese al fuego se cumplan de manera efectiva.

     

    Por: Laura Chambueta León

  • ¿Qué hace falta para cerrar la brecha digital en Bogotá?

    ¿Qué hace falta para cerrar la brecha digital en Bogotá?

    En AHORA indagamos sobre cómo está Bogotá en materia de conectividad digital y si se puede hablar de una brecha social respecto a la adquisición de este servicio. De la mano con voces expertas, hablamos de qué tanto ha avanzado la administración distrital para ampliar la cobertura de conectividad en toda la ciudad y qué hace falta para una completa apropiación digital.

    “Bogotá Territorio Inteligente” es la política pública que busca impulsar el uso y el aprovechamiento de la tecnología para mejorar la calidad de vida de los y las ciudadanss. Para conocer más acerca de su impacto en todo el territorio distrital, hablamos con Iván Durán, alto Consejero TIC de Bogotá, y con Sandra Urrutía, ex ministra TIC.

    “El año pasado, el Concejo de Bogotá hizo referencia a que hay un mínimo vital, ¿pero esto a qué corresponde? Uno puede tener el acceso de 5 megas, pero eso no me permite acceder a todos los servicios. En el marco de la pandemia los servicios estaban direccionados en educación y atención del estado, sin embargo, las personas pueden tener otro tipo de entretenimiento, por lo que hay que mirar qué garantías de servicio y conectividad estoy dando”, comentó Sandra Ortíz, directora del Depto. de Derecho Informático y de Telecomunicaciones en la Universidad Externado de Colombia.

    Según la Encuesta Multipropósito de 2021, el 81 % de los hogares urbanos de Bogotá están conectados a internet, mientras que para la zona rural esta cifra llega apenas al 38 %, lo que demuestra los retos que aún hay para ampliar la cobertura por todo el territorio.

    “Lo que históricamente ha pasado es que el Estado delega a terceros la responsabilidad de llevar antenas y, para los privados, no siempre es costo eficiente desplegar redes en una región como sumapaz”, agregó María del Pilar Sáenz, coordinadora de proyectos en Fundación Karisma.

    ¿Para qué usan internet las personas en Bogotá?

    La misma encuesta multipropósito retrata que las redes sociales son el 80 % del uso que le dan las y los bogotanos, mientras que ámbitos como la educación y el trabajo cuentan con un 50 % y 33 % de uso respectivamente.

    Al respecto, la abogada Sandra Ortíz argumentó que:

    “En la universidad hicimos un ejercicio para entender cómo fue la llegada de internet a municipios que nunca lo habían tenido, en comparación con quienes siempre lo tuvieron, y si uno evidencia los estudios a nivel nacional el comportamiento es exactamente igual. El internet y la infraestructura tienen que ir llenos de algo. El DNP alude a que hay un gran despliegue de infraestructura, pero falta capacitación para que las personas entiendan para qué sirve el internet”, aseguró.

    Asimismo, María del Pilar Sáenz añadió que el gobierno local y nacional no solo deben garantizar la infraestructura, también deben crear estrategias pedagógicas para la utilización de tecnologías en el aula o para fortalecer las labores de las mipymes. Además, señaló que los planes de celulares que ofrecen redes sociales ilimitadas, tampoco permiten que las personas exploren otros usos del internet.

    En el marco de Colombia 4.0., la cumbre de ecosistemas digitales más grande del país, en AHORA también hablamos con Sidney Bernal, viceministra TIC, sobre cómo las inteligencias artificiales se pueden usar para disminuir la brecha digital a nivel nacional.      

    Reviva el programa completo en:      
     

    Por: Laura Chambueta León

     

  • La tasa de desempleo en Colombia es de 9,2%

    La tasa de desempleo en Colombia es de 9,2%

    En octubre, Colombia tenía 23,1 millones de personas ocupadas. Para este fin de año, la tasa de desempleo se situó en un dígito, según el DANE.

    El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -DANE- anunció en el día de hoy que la cifra de desempleo en Colombia se ubicó en 9,2 % para el mes de octubre, mientras hace un año en el mismo periodo se encontraba en 9,7 %.

    Para el DANE hay una señal positiva de que lentamente se ha venido recuperando el empleo en el país. También señaló que la tasa de desempleo oscila entre los meses de agosto y octubre entre  9,6 % y 9,2 %.

    De acuerdo con la directora del DANE, Piedad Urdinola, la tasa está cinco puntos porcentuales por debajo de lo que ocurría en octubre del año pasado. “La tasa global de participación fue de 64 %, mientras la tasa de ocupación fue del 58,1%”, agregó la funcionaria.

    No obstante, en Colombia siguen existiendo 2,34 millones de personas sin empleo, pues la población en edad de trabajar es de 39,71 millones de ciudadanos. Es decir, que 23,08 millones de colombianos en la actualidad trabajan.

    En la presentación del nuevo informe sobre desempleo, la directora Piedad Urdinola resaltó que en el último año se han creado 476.000 puestos de trabajo, es decir que en octubre de 2023 la población ocupada del país fue de 23,1 millones de personas, lo que representa una variación del 2,1 % frente a los 22,6 millones ocupadas el mismo mes en 2022.

    La brecha entre hombres y mujeres se mantiene. De acuerdo con el DANE, la tasa de desocupación para el total nacional, en octubre de 2023, fue del 11,5 % para las mujeres, mientras que la de los hombres fue del 7,5 %, con una brecha de género de 4 puntos porcentuales.

     

    Por: Cristian Leon

  • ¿Cuál es el impacto de la crisis climática en Bogotá?

    ¿Cuál es el impacto de la crisis climática en Bogotá?

    Es una realidad que todo el mundo está sufriendo los impactos del cambio climático. El 2023 ha sido el año más caliente del que se tiene registro, y se espera que la temperatura aumente en los próximos años. 

    ¿Cómo está llegando este fenómeno a Bogotá?

    Para comprender mejor este tema, es necesario aclarar que el cambio climático es la modificación de los patrones generadores del clima sobre una región o zona y estos patrones se pueden cambiar en el largo plazo, aproximadamente en un periodo de 100 años.

    En ese sentido, cuando nos encontramos en una zona urbana en la que su superficie está llena de asfalto y concreto, se producen fenómenos reflectivos; es decir, la luz no solo llega y se absorbe en el suelo, sino que se refleja y eso produce más calor, por eso se le llama efecto invernadero.

     

    En los últimos años, en Bogotá estos efectos se han visto en distintos comportamientos de la naturaleza. La ciudad que antes era conocida en Colombia como “La nevera”, entre otras cosas por el frío, ahora sufre un incremento en la temperatura.

    “También hemos visto fenómenos más intensos de Niño y Niña, que se producen por el incremento en las temperaturas de las aguas del Océano pacífico», explica la secretaría de Ambiente, Carolina Urrutia.   

    Con este recalentamiento, en las zonas urbanas comienzan a surgir unas islas de calor. En Bogotá hay dos plenamente identificadas: una localizada en Puente Aranda y otra entre Bosa y Kennedy.

    «Tiene relación con las temperaturas por determinadas actividades; lo que hace que tenga un mayor grado de temperaturas al resto de la ciudad y los efectos de radiación solar generar mayor temperatura y exposición», explica Julián López, magister en ecología y gestión de ecosistemas estratégicos.

    ¿Qué ha causado el cambio climático?

    De acuerdo con el Ideam, Bogotá aporta el 5,37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del país; y cada habitante en promedio produce 1,76 toneladas de CO2 al año. Los factores que más producen gases efecto invernadero en Bogotá son: los procesos industriales (1 %), los residuos (3 %), Agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra (5) y la energía (91 %).

    «La energía la utilizamos para los servicios, todo lo que nosotros necesitamos a la demanda de agua; de combustibles, el carbón, entre otros», afirmó Sandra Patricia Bohórquez, consultora en cambio climático.   

    Aún no existe mucha certeza de las consecuencias que esto va a tener en toda la ciudad, sin embargo, sí es pertinente decir que Bogotá será una ciudad más cálida, habrá una mayor producción de precipitaciones intensas durante las épocas de lluvias y será obligatorio cuidar mucho más el agua.

    Hablamos con la ciudadanía sobre los cambios en el clima de Bogotá y esto nos contaron:

    “Este tema del evento de las temperaturas hay que verlo más allá, porque hay que entender que esto ocurre en la Sabana de Bogotá pero lo que está pasando en el páramo de Chinganza es lo preocupante, porque aquí nuestro cambio puede ser de 1 o 2 grados pero allá puede ser de 3 grados centígrados», explicó la experta, recordando que este complejo provee el 80 % de agua que consume la ciudad.

    En estos cambios también será evidente que la estructura ecológica de Bogotá se verá modificada: algunas zonas verdes desaparecerán o se secarán algunas quebradas, por eso, es relevante hacer una llamado a proteger los humedales, los cerros y los ríos que están dentro de la zona urbana.

    «Vemos con ese transitar del tiempo, cómo el cambio climático también ha impactado la sostenibilidad ambiental, entonces encontramos especies que no estaban en la ciudad, como algunas unidades arbóreas y aves migratorias», comentó Miguel Moreno, líder ambiental de Ciudad Bolívar.

    En ese sentido, es necesario que las autoridades tomen en cuenta los datos que ya se han revelado desde distintos estudios para realizar acciones que ayuden a mitigar estos efectos; aplicar el Conpes Distrital Acción Climática Bogotá 2050, para que las responsabilidades sean asumidas por todos los ciudadanos y las entidades; y pensar en lograr que la matriz energética actual se pueda lograr transformar con fuentes menos contaminantes y más sostenibles.   
     

  • ¿Cómo le fue a la alcaldía de Claudia López con la entrega de colegios en Bogotá?

    ¿Cómo le fue a la alcaldía de Claudia López con la entrega de colegios en Bogotá?

    “La educación en primer lugar” fue el eslógan que designó la alcaldesa Claudia López para la Secretaría de Educación de su gobierno. Al inicio de su administración, la meta era dejar 35 colegios nuevos para la capital, sin embargo, con una adición del presupuesto, se logró aumentar este objetivo a 70 colegios.

    Con corte a octubre de 2023, de estas 70 nuevas sedes educativas propuestas, se han entregado 26, y para el final de la alcaldía quedarán 15 en construcción y 29 en etapa de consultoría. El colegio más recientemente entregado es el ‘Ciudad Chengdú’, ubicado en la localidad Usme, con una capacidad para 550 estudiantes en jornada única.

    Sin embargo, aunque esta institución ya fue entregada a la comunidad, las obras de la misma fueron cuestionadas durante algunos años por retrasos. La Contraloría de Bogotá, en el primer semestre de 2023, adelantó indagación preliminar a la construcción de este colegio, estableciendo un presunto daño patrimonial. La comunidad también denunció que, a pesar de que la obra inició en el año 2018, el proyecto no finalizó su ejecución dentro del plazo inicialmente establecido, de 12 meses.

     

    Este año, la Contraloría también le puso la lupa a la Sede Primera Infancia María Cristina Salazar que, aunque ya se entregó, presentó retrasos. Además, se le hizo seguimiento al Colegio Jaime Niño Diez en Suba, pues el primer contrato para su construcción fue suscrito en diciembre de 2019, con un acta de inicio de obra del 13 de enero de 2020, pero tuvo dos suspensiones, hasta que en marzo de 2022 se realizó un proceso sancionatorio en el que el contratista fue multado por más de $375 millones.

    Un segundo contrato para ese mismo colegio fue suscrito el 26 de septiembre de 2022, con acta de inicio de obra del 20 de enero de 2023. El avance físico programado a mayo 31 de 2023 debía ser del 68 %, pero lo ejecutado estaba apenas en un 14 %. Se espera que este proyecto sea entregado en diciembre de este año.

    “Nuestros colegios están ubicados de acuerdo a los estudios en donde mayor demanda hay. Algunas localidades como Bosa y Kennedy siguen siendo zonas deficitarias en materia de colegios, a pesar de toda la inversión que se ha hecho. En esto hay que trabajar”, mencionó Luis Parra, director de construcciones de la Secretaría de Educación.

    ¿Cómo avanza el desarrollo de la infraestructura educativa en Bogotá? En #AHORA conversamos con expertas y expertos acerca de las obras entregadas en materia de educación, así como aquellas que están en proceso de construcción en la capital:

     

    La infraestructura educativa es primordial para el buen desarrollo del aprendizaje de los menores, es por esto que otra de las metas durante esta administración ha sido trabajar por el mejoramiento de la misma. Según datos de la Secretaría de Educación, en el Plan de Desarrollo se fijó mejorar las condiciones físicas de 730 sedes educativas y con corte a noviembre del 2023, van 602 sedes terminadas.

    “Yo creo que dentro de la administración de Claudia López se plantearon metas muy altas, y el que mucho abarca, poco aprieta. Nos vimos con varios incumplimientos y lo que necesitamos más allá de construir nuevos colegios, es mejorar la apertura y la disponibilidad de cupos escolares para las familias”, mencionó Gustavo Páez, consejero de juventud de Suba.

    ¿Cuál es la percepción de los y las ciudadanas acerca del desarrollo y avances en las obras de infraestructura educativa?

     

    Esta ha sido la administración que ha realizado la inversión más alta de la historia de Bogotá en infraestructura educativa, con un rubro de 2,6 billones de pesos. Sin embargo, además de brindar espacios óptimos para recibir clases, resulta primordial seguir trabajando por el fortalecimiento de la planta docente y el personal que allí trabaja, además de potenciar la calidad de la enseñanza en las aulas; retos que quedarán para el próximo alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán y que, así, la educación siempre esté en primer lugar.

    Por: Daniela Espitia

  • Carnaval de la alegría, una idea con esencia popular indeleble

    Carnaval de la alegría, una idea con esencia popular indeleble

    A lo largo de sus 35 años de historia, el Festival Artístico Internacional invasión de Cultura Popular – FAICP, ha logrado consolidar un proceso fruto de la iniciativa popular y trascender en la historia de las artes en la capital colombiana, hasta posicionarse como el festival de arte popular más grande del país, ¿cómo lo lograron?

    El FAICP nació en 1988 como una gran invasión de cultura popular en Bosa, una localidad de la periferia de Bogotá, que históricamente ha recibido comunidad vulnerable de todo el país, de las zonas rurales y demás población desarraigada. Sus organizadores se enfrentaban a una visión que no fue nada fácil de materializar, se trataba de cambiar radicalmente la narración de vida que tenían destinada estas personas que vivían el día a día en clave de supervivencia.

    “Los inicios fueron complejos: tratar de convencer a comunidades que, en su día a día, buscaban acceder a un terreno para sobrevivir, tener servicios públicos básicos, educarse, e incluso conseguir cocinol (un combustible económico para alimentar las estufas para preparara los alimentos en los barrios populares), de llevarlos a asistir a obras de teatro y que se acercaran a espacios artísticos, no fue fácil…”, cuenta Katherine Silva, actual directora del festival.

    Hace 35 años lograban con mucho esfuerzo concretar una semana de programación, anunciando su llegada al barrio con tambores hasta que un vecino gritó “¡Hey, hey, nos están invadiendo!”, lo que más tarde inspiraría ese carácter de itinerancia popular, en una época en donde la “invasión” era el medio para que muchos habitantes del sur de Bogotá lograran poseer un pedazo de tierra para asentarse con su familia en medio de la selva de concreto que los recibía.

    Esta era una invasión hecha de cultura, nacida de la necesidad de arte y cultura en las comunidades vulnerables. “Una persona de un barrio como Bosa que era el epicentro del carnaval no tenía la posibilidad en 1988 de tener acceso a espacios de actividad cultural como hoy”, agregó Katherine.

    Conoce algunos datos curiosos de la localidad de Bosa en esta infografía:

     

    La Fundación Chiminigagua organizó una semana de festival con el sueño de llevar las artes a las comunidades, un ejercicio complejo ya que muchas personas tenían prejuicios alrededor de la cultura como que la rodeaban los vicios y el delito. Sin embargo, año a año este ejercicio de transformación cultural y social ha logrado que la comunidad haya abrazado el evento, hasta transformarse en una actividad del barrio y de la ciudad, convirtiéndolo en un evento metropolitano, declarado Patrimonio Cultural Vivo de la Nación, de acuerdo a lo establecido en la Ley 1040 de 2006.

    Hace treinta años no contaban con recursos de ninguna índole, ni técnicos, ni de producción, ni de locaciones, solo contaban con una sala de teatro en Bosa, hoy este festival llega a los escenarios emblemáticos de la ciudad, conectando una red poderosa de artistas populares y comunidades que se han unido para hacer real cada nueva idea e iniciativa que pretende mantener el fuego comunitario encendido en torno a las artes y la diversidad.      

    El crecimiento de la programación ha sido exponencial, primero se trataba de algunos grupos amigos de la fundación, luego de una representación nutrida de la actividad artística popular de toda la ciudad, hasta registrar 350 funciones de compañías provenientes de 35 países, en 35 salas de toda la ciudad.

    Con más de 30 años de mutaciones artísticas, lo único que ha permanecido igual desde 1988 es la gratuidad en el acceso del público a la programación, esto con el objetivo de tener contacto directo con la cultura y el arte, elementos que sus organizadores consideran deben ser derechos para los ciudadanos.

    “El pago de una boleta no debe ser un tropiezo para que esto suceda, no debe alterar la calidad de los espectáculos a los que la comunidad tiene acceso. El mensaje de esperanza siempre va acompañado con lo mejor de las artes escénicas del mundo con destino a todos los rincones de Bogotá”, comenta Silva.

    El Carnaval fue una apuesta, “una auténtica locura”, pero gracias a que algunos creyeron que era posible, hoy es una realidad, el festival de cultura popular más grande del país que, en sus inicios, solo tenía teatro, ahora tiene danza, música, títeres y narración oral. Además cuenta con dos componentes: el componente artístico con coproducciones que se realizan entre grupos locales e internacionales y el componente académico conformado por seminarios, foros, coloquios y charlas.

    Conoce cómo el festival permite a los más pequeños encontrar un espacio para enfrentar sus miedos y convertirse en artistas:

     

    En Bosa, como en los otros escenarios del Carnaval, con el paso de los años el público ha gozado de verdaderas fiestas con artistas de la talla del legendario Darío Gómez, Galy Galiano, Arelys Henao, Jessi Uribe, Jorge Celedón, Doctor Krápula, Pipe Bueno, Jhonny Rivera, Yeison Jiménez, Paola Jara, Los Rayos de México, entre muchos otros.

    La movida teatral también ha contado con la presencia de sus propios íconos, tal es el caso de la maestra Fanny Mickey que hizo presencia en este gran festival con con uno de sus mejores espectáculos ‘Tango de Arreboles’ que, en tiempos en los que su salud ya sufría los quebrantos propios de una vida entera dedicada a la gestión y a las artes, bajó de su carro erguida con su bastón y al pararse en el escenario, se transformó en una fuerza de la naturaleza: una leyenda viva, una artista sin igual, en tacones, lista para ejecutar una muestra de una hora bailando tango con más de 60 años.

    Este festival da testimonio de la transformación del teatro en la capital, personajes como Enrique Buenaventura; Santiago García, del Teatro La Candelaria; Tino Fernández, de L´explose; Fabio Rubiano, con el Teatro Petra; Johan Velandia, de la Corporación de Teatro, y Alejandra Borrero, con Casa Ensamble, han hecho parte de este festival.

    Aunque su comité organizador hoy puede dar fe de los logros alcanzados, son conscientes de la ardua e importante tarea que tienen por delante en la formación de públicos, es decir, de poner al alcance de comunidades que no poseen recursos, el acceso a espectáculos de primer nivel con lo mejor de las artes escénicas de todo el mundo.

    Se cuenta, entre aquellas historias curiosas que, mientras otros festivales hospedan a invitados internacionales en los mejores hoteles del centro y Chapinero, el Carnaval de la Alegría los hospeda en Bosa, en un hotel que se construyó para el festival pensado para recibir a los invitados manteniendo siempre la esencia popular, cercana y familiar de su evento.

    Es el caso de “Testa” del único fakir que queda en el mundo proveniente de la Murcia, España, un famoso participante de los realities de talento de Europa y que también fue invitado al Festival Internacional del humor, pidió ser trasladado al hotel en Bosa, porque prefería la calidez humana de su gente, así como el negocio de jugos de frutas en el que se deleitaba, ya que en sus viajes por el mundo esto es algo imposible de lograr.

    Muchos de los artistas internacionales aman jugar tejo y la comida criolla de los puestos y restaurantes del barrio por lo que la comunidad también se ve beneficiada no solo por los visitantes extranjeros sino por todos los que vienen al barrio Bosa Laureles a disfrutar del festival.

    Paso a paso y sueño a sueño, los 35 años de este evento representan un trabajo de inclusión de la cultura popular en las calles, fortaleciendo así el tejido social en una zona aún estigmatizada de la ciudad en donde se vive la desigualdad social, pero que también canta, vive, crea y crece al compás de las artes que unen a Bogotá.

    Conoce algunas cifras sobre el despliegue el Festival Artístico Internacional invasión de Cultura Popular para este 2023.

     

  • La ‘Resurrección de la fe’, una evocación  que rinde homenaje a la memoria de víctimas del conflicto armando en Colombia

    La ‘Resurrección de la fe’, una evocación que rinde homenaje a la memoria de víctimas del conflicto armando en Colombia

    El compositor Juan Pablo Carreño escribió ‘La resurrección de la fe’, para orquesta, solistas y coros, como un llamado a la reconciliación y la paz. Con este concierto el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional reabre sus puertas para festejar sus 50 años de existencia.  
     

     

    La obra y su alma     

    ‘La Resurrección de la Fe’ nace de la inquietud de Juan Pablo Carreño por explorar la memoria del conflicto a través del sonido y la música, tras la invitación que le hizo el fotógrafo colombiano Jesús Abad Colorado en noviembre de 2019 para presenciar la inhumación de los cuerpos de las víctimas de Bojayá que serían entregados a sus familias.     

    Carreño fue testigo de un velorio colectivo durante 12 horas en las que las cantaoras mecían sus voces al ritmo de los tambores y los alabaos tradicionales de la región. “Las mujeres cantaban un ‘Gloria’ que es parte de su tradición, pero también un canto religioso que narra la situación que se vive en sus regiones”.     
    ‘La Resurrección de la Fe’’ fue una monumental creación musical comisionada, en principio, por la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional, Nova et Vetera, reconocida agencia independiente, curadora y productora de arte contemporáneo, y la Fundación Musical Ernst von Siemens, después de la firma de los Acuerdos de Paz en Colombia.     

    Orquesta Filarmónica de Bogotá    

    1.000 corazones como instrumento     

    Fue estrenada originalmente en octubre de 2019 en la Catedral Primada de Bogotá con la participación de una orquesta, dos coros, dos solistas y un órgano; y en 2023 es llevada a nuevas dimensiones con más de 700 voces y 100 músicos para la reapertura del Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia. Esta obra hace un llamado a la reconciliación por medio de la música.      

    La Resurrección de la Fe’ reúne más de 20 ensambles corales con la participación de niños, adultos, tanto profesionales como principiantes en el Coro de cámara Vox Clamantis, de Estonia; el Coro de la Ópera de Colombia; la Sociedad Coral de Bogotá y los Coros Filarmónicos Juvenil e infantil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá; y también cuenta con una significativa representación de las regiones con Coro del Conservatorio del Tolima y la Fundación para la Integración Musical de Colombia bajo la dirección de la maestra María Jimena Barreto, acompañados de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, y dirigidos por el ruso Guerassim Voronkov.      

    A este arreglo se unen el organista estadounidense John Walthausen, las voces solistas de la soprano Beatriz Elena Martínez, la mezzosoprano Valeria Bibliowicz, el barítono Juan David González y el tenor David Rivero.     

    Una nómina inigualable que conspiró para hacer posible que una visión artística, pase del mundo de la espiritualidad y las ideas, a un acontecimiento artístico que rinde homenaje a las víctimas y sobrevivientes; y marca, no solo la reapertura de uno de los emblemas arquitectónicos de la capital colombiana como lo es el auditorio León de Greiff, diseñado hace 50 años por la leyenda viva de la arquitectura Eugenia Mantilla de Cardoso, la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Arquitectura; sino también, un homenaje a la construcción de una nueva era en la memoria del conflicto armado del país, tramitado por medio del arte.     

    El auditorio León de Greiff es un monumento no vivo que hoy renace, te contamos cómo se construyó y se renovó a través de las voces de sus creadores y custodias.  

     

      
    San Francisco de Asís dialoga con Fernando González y Nicolás Gómez Dávila     

    Esta obra está basada en un texto de san Francisco de Asís, el Oficio de la pasión del señor ‘Officium passionis domini’, con los testimonios de víctimas de la violencia en Colombia en diálogo con la obra de dos pensadores colombianos del siglo XX: el escritor Fernando González y el filósofo Nicolás Gómez Dávila.     

    Esta misa cantada se divide en tres secciones inspiradas en las horas canónicas que se rezan desde el final de la tarde del Viernes Santo que narran lo que Jesucristo vivió desde la invocación al Padre en el Monte de los Olivos, pasando por su pasión y muerte, hasta su resurrección el domingo de Pascua.      

    La primera parte es el ‘Oficio de la pasión de las víctimas’, construido en forma de oración fúnebre por la memoria de las víctimas de la violencia en Colombia, basada principalmente en el Salmo VI de san Francisco de Asís y en testimonios de sobrevivientes de las masacres de El Salado, El Aro y Bojayá. El texto de San Francisco y los testimonios de este atentado tienen en común la narración del sufrimiento físico y espiritual, encarnado en la figura de la víctima que representa en unanimidad a todas las víctimas.     

    Luis Díaz Herodier nos cuenta cómo se organizó el coro para rendirle homenaje a las 4.602 víctimas y cómo se conectaron con la obra.    
       

    Una gran polifonía coral mixta da paso a la segunda parte: el ‘Oficio de las tinieblas’, que canta los nombres de cuatro mil quinientas víctimas de la violencia en Colombia con frases evocan por lo menos seiscientas de las 1.982 masacres que ocurrieron en el país entre 1985 y 2012, según cifras investigadas personalmente por Juan Pablo Carreño en su proceso de creación musical, adentrándose en los archivos del Centro Nacional de Memoria Histórica, el Centro de Investigación y Educación Popular – CINEP y Rutas del Conflicto, portal periodístico especializado en seguir el rastro del conflicto armado en Colombia.     

    La tercera parte, que da nombre al evento central que reúne el montaje de 2023: ‘La resurrección de la fe’, que tiene la estructura de la misa del Domingo de Pascua, celebración de la fe católica que celebra la resurrección de Cristo que vence a la muerte y da paso en esta obra a los testimonios de la masacre de Bojayá, con declaraciones del escritor y filósofo colombiano Nicolás Gómez Dávila sobre la fe, dando paso a los nombres de las setenta y nueve víctimas de la iglesia de Bellavista entonados por un coro solista en un movimiento inspirado en la figura del Cristo Mutilado de Bojayá.     

    Más allá del credo o la representación artística basada en la tradición católica, ‘La Resurrección de la Fe’ representa una oración que sobrepasa las barreras de las etiquetas religiosas, es el clamor por el nuevo nacimiento de la esperanza por escribir nuevas historias tras el paso de la guerra, uno hecho de las voces de niños, jóvenes y adultos, en un recinto que representa la multiculturalidad de la universidad pública, reflejo de todo un país.      

    Conoce la historia de Dana Paulina de trece años quien nos cuenta qué siente al cantar por primera vez con más de mil músicos en escena.     

     

  • Renace el auditorio León de Greiff

    Renace el auditorio León de Greiff

    Después de cuatro años de intervención arquitectónica, el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia vuelve a abrir sus puertas para todo aquel que quiera experimentar el sonido, la música y los saberes que se reúnen en este espacio como ha sido tradición a lo largo de sus 50 años de existencia.

    José Félix Patiño Restrepo, rector de la universidad en los años setenta, impulsó la que sería una renovación sin precedentes en la historia de la institución con una visión que incluía espacios dedicados al aprendizaje, la cultura y la apreciación de las artes y que la llevarían a la vanguardia de la educación pública de ese entonces.

    Corría el año de 1973 cuando la arquitecta bumanguesa Eugenia Mantilla de Cardoso, exalumna de la Universidad Nacional de Colombia, recibía el encargo de diseñar el que sería el auditorio de la Ciudad Universitaria, ubicada en la localidad de Teusaquillo en Bogotá. Este espacio fue concebido en forma de diamante de cinco lados y un escenario pensado para albergar, al menos, a 300 artistas.

    Auditorio León de Greiff

    A su vez, la apuesta acústica fue diseñada por el ingeniero de sonido Manuel Drezner, el único profesional en la materia en aquellos tiempos, quien dotó la sala de las cualidades para ser considerado uno de los auditorios con mejor acústica de América Latina.

    La obra que rompió esquemas estilísticos de su tiempo, haría merecedora a su arquitecta del primer Premio Nacional de Arquitectura otorgado a una mujer en el año de 1974. De hecho, fue declarado Monumento Nacional en 1996, al ser considerado patrimonio de la arquitectura moderna.

    Aunque la construcción del auditorio comenzó antes de la muerte del poeta antioqueño, este no alcanzó a visitarlo, de hecho, 12 días después de su muerte, el Consejo Superior de la UNAL decidió bautizar a este escenario con su nombre como homenaje al poeta y escritor colombiano fanático de la música y la escena 
     cultural.

       

    A lo largo de sus cinco décadas de existencia, este auditorio ha albergado presentaciones no solo de grandes exponentes de la música clásica, sino también de otros géneros como el jazz, el rock, la cumbia y otros géneros. A su vez, se ha destacado en la ciudad de Bogotá por ser la casa de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y en general por conciertos de música, obras de teatro, espectáculos de danza, conferencias, congresos, simposios y cátedras. 

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    Eugenia de Cardoso, la mente maestra detrás del diseño del Auditorio, todavía recuerda con claridad aquellos días en la década de los setenta en la Nacional cuando se escuchaba en los pasillos que algunos alumnos de la institución preguntaban por qué le ponían León de Greiff y no Policarpa Salavarrieta o por qué no hacían mejor una cafetería.

    Después de casi cincuenta años de creación, el auditorio León de Greiff es un referente para los egresados, profesores, personal de la Universidad Nacional y para generaciones enteras de ciudadanos y ciudadanas que han asistido a conciertos y espacios académicos y que han hecho de este escenario su hogar. Con el paso de los años, la edificación sufrió un deterioro y, ante estos desafíos, la comunidad universitaria y los amantes de la cultura se unieron para emprender un ambicioso proyecto de restauración. Este proceso implicó no solo abordar las cuestiones estructurales y tecnológicas, sino también preservar la esencia y la historia del auditorio. 

     

    “No es un escenario de la Universidad Nacional, es el escenario del país y de la ciudad y una de nuestras principales obsesiones es ser la casa de la música en Colombia”, comentó María Belén Sáez de Ibarra, cabeza de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia.

    Por ello, la restauración iniciada en el año 2020 no solo buscó devolver el esplendor original, sino también mejorar y adaptar el espacio para satisfacer las necesidades contemporáneas, lo que sostiene su vanguardismo tecnológico característico de su esencia, con una inversión que superó los 19 mil millones de pesos.

    Este proceso tuvo que atravesar dos fases de intervención: la primera dedicada al mantenimiento completo de redes e instalaciones especiales y de conservación arquitectónica y la segunda, dirigida a hacer el reforzamiento estructural del componente arquitectónico de dotación tecnológica y de restauración del mobiliario, renovación financiada con recursos de la Universidad Nacional y de la Secretaría de Bogotá.

    En este renacimiento, el Auditorio León de Greiff se sometió a meticulosas renovaciones: desde la modernización de equipos de sonido y luces hasta la restauración de elementos arquitectónicos clave, cada detalle se cuidó para garantizar que el auditorio no solo recuperara su antiguo esplendor, sino que también estuviera preparado para enfrentar los desafíos del futuro.

    De acuerdo con Sáez de Ibarra, el futuro del auditorio está lleno de brillantes proyecciones, entre las que se encuentran lograr que la Sinfónica Nacional, la Filarmónica de Bogotá el Coro Nacional, la Filarmónica Joven de Colombia, y los conservatorios y universidades cuenten con franjas permanentes en la programación del León de Greiff.

     

  • ¿En qué van las obras del metro de Bogotá?

    ¿En qué van las obras del metro de Bogotá?

     El mandato de la alcaldesa Claudia López está próximo a terminar, y uno de los retos centrales que le quedan al alcalde electo Carlos Fernando Galán es el metro de la capital.

    El informe sobre los avances de este megaproyecto, con corte al 15 de octubre de 2023, demuestra un avance parcial de 1/4 del total de la construcción.

    Según la empresa Metro de Bogotá, el avance general de la Línea 1 es del 26% conforme a lo programado. A esto se suma un 85% de avance en la adecuación de suelos del patio taller, que es donde se albergarán los 30 trenes de esta primera línea.

    El proceso de compra de predios por su parte alcanza un 97 % de progreso y el traslado de redes registra un 99 %. Actualmente, se tienen 10 frentes de obra activos en la ciudad, siendo uno de los más importantes el intercambiador vial de la Calle 72, pues será allí donde se cruce la línea 1 y la línea 2 del metro. Esta obra presenta un 39% de avance.

    En paralelo al desarrollo de las obras de la primera línea (PLMB) que se adelantan a lo largo de los 23,9 kilómetros del trazado, en China se realiza la producción de los trenes y de los sistemas de seguridad. Para verificar cómo va este proceso, dos funcionarios de la Empresa Metro de Bogotá (EMB) viajaron a dicho país para visitar las fábricas encargadas de esta importante tarea.

    “El control de calidad es vital para garantizar la seguridad de las personas que utilizarán el metro. Por esto nuestros funcionarios visitarán los talleres de la CRRC Corporation Limited, empresa fabricante de los trenes y subcontratista del concesionario Metro Línea 1, encargado de la ejecución del contrato de construcción y operación de la PLMB, para supervisar el avance en la línea de producción de los 30 trenes que rodarán por el viaducto”, indicó Leonidas Narváez, Gerente de la EMB.

    Y agregó: “Durante su estadía, que se extenderá hasta el próximo 15 de diciembre, también verificarán los sistemas de las puertas de andén que serán ubicadas en todas las estaciones para que el ingreso y salida de pasajeros cuente con todos los estándares de seguridad y calidad de los materiales. Este sistema de puertas automáticas estará sincronizado con las de los trenes”.

    Sin embargo, uno de los temas que empañó el desarrollo de este proyecto a lo largo del año fue el incumplimiento del consorcio chino con la entrega de los diseños de detalle, motivo por el cual la Alcaldía mayor de Bogotá le impuso el 9 de junio del 2023 una multa por $1.885 millones de pesos al concesionario Metro Línea 1.

    Han sido décadas de espera para ver tangible este proyecto. La ciudadanía se debate entre la incredulidad y la certeza sobre su ejecución. Según la más reciente encuesta de percepción ciudadana realizada por ‘Bogotá Cómo Vamos’, el 42.9 % de la población afirmó sentirse optimista frente a la construcción de la Línea 1, mientras que el 37.3 % se declaró pesimista.

    El metro de Bogotá ha sido protagonista en este 2023, teniendo en cuenta los múltiples enfrentamientos entre el presidente Gustavo Petro y la alcaldesa mayor de Bogotá Claudia López, acerca de cómo debe ser construida la primera línea.

    En julio de este año, luego de la firma del acta de construcción del viaducto de la PLMB, se presentaron algunas discordias entre el Gobierno Nacional y el Distrital por unos supuestos acuerdos a los que habían llegado ambas partes para contemplar un tramo soterrado en el proyecto, que vale la pena recordar, es el objetivo principal del mandatario Gustavo Petro. Tanto así que en octubre viajó a China y entre su itinerario se reunió con la empresa constructora del metro para buscar la viabilidad técnica y jurídica de soterrar una parte del trazado, que sería desde la Primero de Mayo con Carrera 50.

    La discusión incluso se trasladó hasta las urnas en medio de las elecciones territoriales 2023, en las que distintos candidatos a la alcaldía usaban como bandera la defensa de la primera línea del metro tal como está contratada: de forma elevada. El 29 de octubre, la ciudadanía de la capital eligió a Carlos Fernando Galán como su nuevo alcalde, quién ahora, además de darle continuidad a este proyecto, deberá trabajar por la contratación de la Línea 2, proyecto que ya abrió licitación pública internacional con 4 firmas proponentes: 3 de China y 1 de España. La segunda línea tendrá 11 estaciones y llegará hasta Suba y Engativá, desde la Calle 72 con Caracas hasta Fontanar del Río.

     

    Por: Daniela Espitia.

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