La Central de Abastos de Alimentos de Bogotá está ubicada en la UPZ de Corabastos, y es el acopio más grande de comida que llega de los diferentes departamentos del país y que luego son distribuidos en tiendas, supermercados y plazas de mercado de los barrios de Bogotá. A diario, a Corabastos ingresan cerca de 7.000 toneladas de alimentos.
Sin embargo, detrás de las verduras, frutas y cárnicos, desde hace una década se esconde la criminalidad en un lugar estratégico para que grupos armados ilegales transporten drogas y armas.
“Corabastos tenía dos problemas: tenía mucha corrupción y llegaban muchos cargamentos de droga en pertrechos ocultos en comida. La policía en los últimos años mejoró el control para evitar eso”, dijo Ariel Ávila, senador de la República.
Aunque en la Central de Abastos disminuyó la delincuencia, el problema lo siguen viviendo los habitantes de barrios aledaños como María Paz y El Amparo.
“Aquí hay receptores de todo: llegan las tapas robadas de las alcantarillas, los medidores del agua, de la luz y del gas. Nunca han tomado una medida de hacer un registro real de todo el comercio de las chatarrerías”, agregó un habitante del barrio María Paz.
Habitantes del sector aseguran que han tenido que realizar grupos de seguridad por el aumento de robos y venta de droga en zonas cercanas a las viviendas. Además, la prostitución se ve a diario, así como la explotación sexual de menores.
“En ocasiones se me acercaban ciertas personas ofreciéndome rifas. ¿Qué ofrecían estas rifas? Ofrecían una mujer por servicios sexuales, trago y el lugar específico en donde iba a ser efectivo el pago”, contó una persona.
El Tren de Aragua, Los Maracuchos, Los Satanás y Los Camilos, entre otras, son las bandas delincuenciales que estarían operando en los sectores y que tendrían el control territorial.
“La UPZ 80 es el centro comercial de la delincuencia en Colombia porque todo se consigue, desde un arma, una granada o un sicario”, concluyó Leonel Corredor, líder social de Kennedy.
En las últimas horas, la Policía Nacional capturó a 23 integrantes del Tren de Aragua en Cali, Barranquilla y Bogotá. Dentro de las personas capturadas se encuentra alias “Maneiro” y alias “Manuelito”, dos hermanos de nacionalidad extranjera que eran las cabezas visibles y coordinadores de extorsiones y microtráfico en los barrios Patio Bonito, El Amparo y María Paz. Además, eran los encargados de llevar las rentas criminales con un promedio de 200 millones de pesos mensuales.
