Era el Año 2001, la llamada zona de distensión entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno Nacional ponía en duda a Colombia como anfitriona de la Copa América, mientras el profe ‘Pacho’ Maturana terminaba de armar la nómina de Colombia para la cita continental.
El inicio del siglo para nuestro país fue un crisol de cambios culturales, políticos, sociales y logros deportivos, permeados por un ambiente de violencia que no daba tregua. El título de la Copa América que la Selección Colombia de Fútbol obtuvo en la Copa América 2001 es un hecho casi que irrepetible, que demostró no solo el talento deportivo de los colombianos, sino su resiliencia ante la adversidad.
En enero de ese año, los rumores de la posible pérdida de la sede de la Copa América eran fuertes: un atentado en Medellín perpetrado el 11 de enero de 2001 ponía más dudas que certezas en los máximos directivos del fútbol suramericano sobre las garantías que podía llegar a ofrecer el país.
Y para empeorar las cosas, cuatro meses después, dos atentados terroristas sacudían al país una vez más: Cali y Medellín fueron las ciudades afectadas el 4 y 19 de mayo respectivamente. El 26 de mayo varios hechos similares se presentaron en Bogotá.
Las cosas no pintaban bien ni para el gobierno, ni para la Federación de Fútbol, ni para la Conmebol, ni para el país, ni para la gente. En este punto ser anfitrión de un torneo de tal magnitud podría ser una decisión muy mala para todos.
Con la sede de la Copa América en la cuerda floja, el 5 de junio de ese año el presidente Andrés Pastrana envió una comitiva a Asunción para garantizar la seguridad y la realización del torneo. Nicolás Leos, presidente de la Conmebol y que luego sería acusado por corrupción, creyó en la palabra de los emisarios de Pastrana y terminaría dando luz verde a tan solo 5 días antes del inicio del torneo.
Entre reuniones, secuestros (como el del vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Hernán Mejía), promesas y amenazas de los patrocinadores, Colombia logró quedarse con la sede de la copa. Y así empezó esta historia.
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Así fue el camino de la Selección Colombia a su primer y única Copa América
Sin la Selección Argentina, que decidió no asistir a la cita continental alegando motivos de seguridad, y con una Brasil alterna arrancó la Copa América Colombia 2001 contra todo pronóstico.
Colombia quedó ubicada en el grupo A del torneo junto a Chile, Ecuador y Venezuela. Tras derrotar 2-0 a ‘La Vinotinto’, 1-0 a ‘La Tri’ y 2-0 a ‘La Roja’, ‘La Tricolor’ logró ubicarse con 9 puntos en la cima de su grupo, con el calor de Barranquilla para ahogar a sus rivales como aliado.
En esa primera ronda empezó a aparecer la figura de Víctor Hugo Aristizábal, quien se convertiría en el goleador del torneo y quien además le marcó a los tres rivales de la fase de grupos.
Con un arranque perfecto era hora de centrarse en el siguiente paso. Ocho equipos lograron el paso a la segunda fase: Colombia, Chile, Brasil, México, Costa Rica y Honduras siendo los dos mejores de cada grupo, junto a Uruguay y Perú como los dos mejores terceros.
En cuartos de final a la Selección Colombia le correspondió enfrentar a Perú en un partido apretado durante el primer tiempo. Los goles de ‘La Tricolor’ empezaron a llegar al minuto 50 por intermedio de Víctor Hugo Aristizábal, luego Giovanni Hernández anotaría al 65 y ‘Aristigol’ repetiría al 69 para sellar la clasificación en el estadio Centenario de Armenia.
Ya instalados en semifinales, Colombia debía esperar a su rival del duelo entre Honduras y Brasil. La sorpresa llegó cuando la ‘Verdeamarela’ caería eliminada ante los hondureños 2-0 a pesar de contar con cracks como Dida, Jardel, Juninho Pernambucano, Roque Junior y Denilson.
La Selección Colombia llegaba al partido como favorita, no solo por su rendimiento durante el torneo, sino por los más de 45 mil hinchas que llenaron los asientos del estadio Palogrande de Manizales. 2-0 terminaría el encuentro con goles de Víctor Hugo Aristizábal y Gerardo Bedoya, y con un tiquete asegurado a su primera final de Copa América en la historia.
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¿Cómo vivió Bogotá la final de la Copa América 2001?
El 29 de julio de 2001, Bogotá se vestía de fiesta para recibir la final de la Copa América, el torneo de selecciones más antiguo del mundo. Colombia, el país anfitrión, llegaba invicta al último partido, enfrentando a México en un duelo histórico que se celebraría en el estadio Nemesio Camacho ‘El Campín’ de Bogotá.
Desde tempranas horas de la mañana, las calles de la capital, que en ese momento tenía como alcalde a Antanas Mockus, se llenaron de una marea de aficionados ataviados con la camiseta amarilla de la selección colombiana. El ambiente era de entusiasmo y expectativa, ya que Colombia nunca había ganado la Copa América y esta era una oportunidad de oro para hacer historia.
Los vendedores ambulantes ofrecían banderas, bufandas y todo tipo de souvenirs alusivos al evento, mientras los bares y restaurantes se preparaban para recibir a cientos de clientes ansiosos por ver el partido.
El estadio El Campín, con capacidad para más de 50.699 espectadores, se llenó rápidamente. La hinchada colombiana, conocida por su pasión y energía, no dejó de alentar ni un solo momento. El himno nacional retumbó con fuerza antes del inicio del partido, en un momento cargado de emoción y patriotismo.
El partido comenzó con intensidad. Ambos equipos mostraron un juego agresivo y táctico, pero fue Colombia quien tomó la iniciativa. En el minuto 65, Iván Córdoba anotó el gol decisivo, desatando la euforia en las gradas. Los gritos de alegría se escucharon no solo en el estadio, sino en toda la ciudad, que se paralizó para celebrar el gol.
A medida que el tiempo avanzaba, la tensión crecía. México buscaba desesperadamente el empate, pero la defensa colombiana se mantuvo firme. Cuando el árbitro pitó el final del partido, el estadio explotó en un júbilo indescriptible. Los jugadores colombianos se abrazaron en el campo, algunos con lágrimas en los ojos, mientras la afición celebraba el histórico triunfo.
Las celebraciones no se limitaron al estadio. Las calles de Bogotá se inundaron de gente celebrando, con caravanas de autos tocando bocinas, personas ondeando banderas y gritando de alegría. Los fuegos artificiales iluminaron el cielo de la capital, y la fiesta se extendió hasta altas horas de la madrugada. Los bares y discotecas estaban llenos, y en cada rincón de la ciudad se podía sentir el orgullo y la felicidad de los colombianos.
La final de la Copa América 2001 no solo significó el primer título continental para Colombia, sino también un momento de unión y alegría para un país que, en ese entonces, atravesaba momentos difíciles. La victoria en la Copa América trajo esperanza y demostró el poder del deporte para unir a una nación.
Ese 29 de julio de 2001 quedará grabado para siempre en la memoria de los colombianos como el día en que el fútbol les regaló una alegría incomparable y un motivo de orgullo nacional.
